
Texto:
"Porque todo lo que es nacido de Dios vence el mundo; y esta es la
victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe" (1 Juan 5:4).
Este honroso y noble titulo con que las Escrituras denominan al Cristiano:
"Nacido de Dios", aparece unas siete veces en esta primera carta del
apóstol Juan (2:29; 3:9; 4:7; 5:1; 5:4, y 5:18), y su significado mas sencillo
es de alguien quien ha sido regenerado o renacido del Espíritu de Cristo, y
crece para ser conformado a la imagen de Cristo. Estas personas poseen una naturaleza
espiritual derivada del Señor Jesucristo, tal como los hijos tienen una
naturaleza que proviene de sus progenitores. Las escrituras llaman al Señor
Jesucristo con este titulo: "Padre eterno" (Isa.9:6), esto es, que
los Cristianos son nacidos de El.
Así que, nuestras palabras presentes deben ser para iluminar esta hermosa
frase: "Nacido de Dios"; y para ello se ha de empezar considerando el
sentido negativo de la frase, y esto lo haremos diferenciando el termino; es
decir, que no es lo mismo ser formado por Dios, a ser nacido de Dios; todas las
cosas son o fueron formadas por el Creador, pero no se dice que todas son
nacidas de Dios. En el lenguaje escritural, "nacido de Dios", es una
expresión únicamente aplicada a los que son nuevas criaturas en Cristo:
"De modo que si alguno esta en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas
pasaron; he aquí todas son hechas nuevas" (2 Co.5:17).
Todo aquel que es nacido de Dios recibe dos cosas de El en la regeneración,
estas son vida y semejanza; pero semejanza no es suficiente para constituir un
nacimiento, aunque si necesaria.
Me
explico; un fotógrafo puede hacer una foto semejante a el mismo, pero nadie con
sano juicio puede decir que la figura es nacida de el por la sencilla razón de
que el cuadro no tiene vida. Tampoco el dar vida es suficiente, pues el sol da
vida a los árboles, a los renacuajos, a los gusanos, etc., pero no se puede
decir que son renacidos del sol, porque no hay semejanza. Ser nacidos de Dios
es tener la vida espiritual y la semejanza con el Señor Jesucristo, ambas cosas
son necesarias e indispensables. Cuando el hombre engendra un ser humano a su
imagen y semejanza, entonces se puede decir que una persona ha nacido.
Aplicar esto al sentido espiritual es, que aquellos que estaban muertos en sus
delitos y pecados, pero que ahora tienen novedad de vida y semejanza con Dios,
entonces se puede decir que esos han nacido de Dios. Particularicemos un poco
más el asunto. Ser nacido de Dios es un cambio interno tan completo y profundo,
que es como pasar a una nueva existencia. Es la introducción en el alma humana
de la simiente celestial, un nuevo principio de vida, una naturaleza divina,
una nueva voluntad, una conducta y norma de conducirse opuesta a la anterior,
como esta escrito: "Una nueva criatura"; una nueva creación del ser
interior. Como alguien bien ha señalado, el Espíritu Santo nunca obra en el
alma de una persona sino produce algún cambio perceptible en su carácter y
conducta. La gracia de Dios es como el fuego y la luz; no puede esconderse, no
esta en reposo, siempre esta obrando; en continuo progreso, luchando contra el
mal: "Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta
manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo y lo
pongo en servidumbre" (1 Co.9:26); esto es, que
la nueva naturaleza es para pelear, no es ociosa.
Esta Gracia que poseen los nacidos de Dios es un principio vital, no una ligera
disposición; sino una estructura fija, permanente en el corazón hacia Dios y
las cosas celestiales. Es por eso que se le llama una nueva vida o naturaleza.
Toda causa señala un propio efecto, y una causa espiritual en el alma producirá
efectos espirituales; un alma racional es conocida por su hablar racional, de
manera semejante una nueva naturaleza, quien es nacido de Dios, es conocido por
un hablar y actuar espiritual. Resumiendo, ser nacido de Dios es tener la vida
que imparte el Espíritu, y la semejanza de Cristo: "Un nuevo hombre,
creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad" (Ef.4:24); esto
es, tener una naturaleza divina, lo cual se manifestara en vivir y andar en una
manera piadosa.
Así que, tú que eres nacido de Dios, procura manifestar la vida y semejanza de
Cristo. Debes considerar el mundo, no sólo contrario a tu profesión de fe,
sino también a tu naturaleza y a tu más preciada aspiración: "Porque
todo lo que es nacido de Dios vence el mundo"; el Creador te ha dado una
nueva naturaleza, de manera que si haces amistad con el mundo estarás contra la
ley de Cristo y contra tu propia esencia, opuesto a tu nueva creación.
Amen.