Meditación Diaria

Meditación del 5 de diciembre

Texto: “Entonces ella fue e hizo como le dijo Elías; y comió él, y ella, y su casa, muchos días. Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó,
conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías” (1 Reyes 17:15-16).

 
La confianza de la viuda en Dios es puesta en operación: Ella cocinó primero para Elías y luego para ella. No se quejó que el bocado de su estomago se fuera primero a otra boca, mientras ella pasaba hambre. No es nada nuevo que los preceptos del Señor sean muy duros, en particular antes de que El nos visite con una gran misericordia. Para los inteligentes y sabios de este mundo, tal petición era no más que un abuso. Irracional para la carne, pero honroso para Dios. Se parece a nuestro tiempo en las aulas, que los maestros ponían exámenes difíciles, no para molestarnos, sino para promover nuestro intelecto y sabiduría a un estado superior. Las dificultades de una obra hacen camino para la gloria del obrador. Ahora bien, esto es irracional para el mundo, pero no nos extrañemos, pues está escrito: “El que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye” (1Jn.4:6).


Esta fue una viuda feliz, pues no cerró su generosidad al profeta de Dios. Llamo su atención en lo maravilloso del milagro: “Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó” (v16). Sólo en Dios se puede aumentar la harina y el aceite a medida que se consume. Esto es lo que literalmente se denomina un barril sin fondo. Es certísimo esto: Manos que dan en fe, de seguro que luego reciben mucho más. La manera bíblica de obtener abundancia es dando. Además se le dio el enorme privilegio de ver a Dios cada vez que venía al barril a buscar harina y aceite. Fue una provisión sobre natural y completa: Su fe era continuamente fortalecida y su estomago satisfecho: “Entonces ella fue e hizo como le dijo Elías; y comió él, y ella, y su casa, muchos días. Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías” (v15-16). La victoria de la fe es: Cuando el corazón es poseído por la confianza en Dios, el Creyente no pone sus ojos ni sus pensamientos en los medios o instrumentos, sino en Dios, para quien no hay imposible. Pregunta: ¿Qué es confiar en el Señor? Confiar en Dios es el acto de la fe mediante el cual echamos el alma sobre Dios en Cristo, en busca de un bien que está fuera de nuestra visión, poder o alcance. Eso hizo esta pobre viuda, y por esa fe no le faltó nunca comida.

 
Nos ha tocado vivir en tiempo de mucha escasez económica, hay una gran sequía de dinero, tu fe será probada. Para alcanzar victoria en esta providencia que te ha tocado, lo primero es pensar como la viuda de Sarepta: Ella se dio cuenta que las calamidades y los juicios no son para debilitar la fe, sino la seguridad carnal. El temor Cristiano hará que tú andes con más cuidado en aquello del pecado, que la fe en los juicios y el castigo divino es para que cuides tu alma. Si miras atentamente como ella fue bendecida notaras que muy a menudo hay un si condicional, y es este: "Si primero confías en Dios, entonces te bendecirá y suplirá tus necesidades. La viuda creyó contra esperanza. Tu tendencia será servirte primero, y luego las necesidades de tu Iglesia. No cometas ese error, porque si lo haces empobrecerás. Nunca ofrendes a Dios de lo que te sobra. Cuida tu fe, y y tu fe será victoriosa.

 

Amen.

 

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