Meditación Diaria

Meditación del 26 de noviembre

Texto: “Exhorta a los siervos a que estén sujetos a sus propios amos en todo: que sean complacientes y no respondones” (Tito 2:9).


Es un deber Cristiano saber hablar y no ser respondones, o que el silencio bien manejado es una Gracia divina. Para ser más específico, los cristianos que son empleados, o sirvientes por paga o no, estarán muy tentados a quebrar su compromiso de ser mansos. Sépase, pues, que es mejor no decir nada que decir algo que provoque al prójimo o que esté mal dicho. La exhortación aquí no es a simple silencio, sino de un buen silencio, un callar complaciente, ya que se puede callar con una cara de disgusto, lo cual quebrantaría la mansedumbre, quitaría adorno al Evangelio y ofendería a Dios.

 

David es ejemplo que ilustra: “He aquí, tus ojos han visto en este día cómo Jehová te ha puesto hoy en mi mano en la cueva. Me dijeron que te matara, pero yo tuve compasión de ti y dije: “No extenderé mi mano contra mi señor, porque él es el ungido de Jehová” (1Sam.24:10). Saúl quiso matarlo y le devolvió palabras mansas y respetuosas. El salmista gráfica esta actuación: “Yo dije: Cuidaré mis caminos para no pecar con mi lengua. Guardaré mi boca con freno, en tanto que el impío esté frente a mí. Enmudecí, quedé en silencio; me callé aun respecto de lo bueno, pero mi dolor se agravó. Mi corazón se enardeció dentro de mí; fuego se encendió en mi suspirar, y así hablé con mi lengua” (Sal.39:3). Noten que él no habló, sino escribió su oración a Dios, hace una confesión, y resalta que hizo silencio. El silencio es un deber cristiano, y un fuerte adorno del Evangelio.

Texto: “Exhorta a los siervos a que estén sujetos a sus propios amos en todo: que sean complacientes y no respondones” (Tito 2


Tu buena imagen y tu seguridad espiritual, presente y futura, dependen de en gran medida de tu silencio.

 El callar da una imagen tan positiva que sin un tonto hace silencio es considerado sabio, no que sea sabio, sino que mientras esté callado oculta su insensatez, o que por lo menos es sabio en saber callar. Tú sabes bien cómo y cuándo hablas, no te pregunto como habla tu prójimo, sino que por tu hablar tu bien sabes que imagen estás dando. Es cierto que buenos hombres son despreciados por el simple hecho de amar a Cristo, pero también e s verdad que algunos son poco amado de sus hermanos, familiares y amigos, por ninguna otra causa que la fea imagen que dan al hablar.

 
Supongo que haces esfuerzos por mejorar tu imagen, y te prevengo no tomar el falso camino; te digo que la buena ropa no hace bueno a nadie, pero tu lengua sí tiene el poder de darte una bonita imagen. Te digo que es muy difícil saber cuando callar y cuando hablar; hacer silencio cuando debemos hablar es malo, pero hablar inapropiadamente es peor. No te he dicho hablar pecaminoso, sino simplemente inapropiado. Trata de estar siempre callado, y si vas hablar no opines de asuntos que no sabes; no hables por hablar, si en tu corazón hay enojo, no hables porque espinas venenosas saldrán por tu boca. Procura conocer más por lo que oyes, que darte a conocer por tu lengua, y sobre todo recuerda: “La muerte y la vida están en el poder de la lengua, y los que gustan usarla comerán de su fruto” (Pro.18:21).

 

Amen.

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