Texto: "Oh Jehová, he oído tu fama; he considerado tu obra, oh Jehová. ¡Avívala en medio de los tiempos; en medio de
los tiempos hazla conocer! En medio de la ira acuérdate de tener
misericordia" (Habacuc 3:2).
El ruego por causa de los elegidos, es un ferviente pedido para que sus
problemas sean acortados, o que sus aflicciones sean mitigadas o moderadas.
Como si le dijera: Yo se que tu ira es justa, pero si quieres puedes moderarla:
"En medio de la ira acuérdate de tener misericordia". El piensa que
es mucho esperar hasta el fin de los años, que no espere al final de los
tiempos, sino en medio de los tiempos o de la aflicción. Vienen muchos
problemas y peligros, no espere que se acaben los peligros para consolarnos.
Como si el niño le dice a su padre que le pase la mano de consuelo en medio del
castigo. Aunque tu pueblo sea castigado que también sea preservado, que queden
Creyentes para iluminar la próxima generación, que la tierra no termine en una
ruina total. Su petición puede ser dicha así: Santifica nuestras aflicciones.
El profeta agrega: "Dios viene desde Temán; y el
Santo, de los montes de Parán. (Selah)
Su esplendor cubre los cielos, y la tierra se llena de su alabanza. Tiene un
resplandor como de luz; rayos brillantes salen de sus manos, y allí se oculta
su poderío. La mortandad va delante de él, y de sus pies salen llamaradas…"
(v3-5). Llama a su memoria la manifestación gloriosa
del Señor cuando los libró de los egipcios. En particular cuando dio la Ley en
el Monte Sinaí, o el monte de Parán,
o el valle donde acamparon en el desierto. La mortandad fue delante del
Señor tan pronto como entró en Egipto, pues las plagas mortales no
faltaron contra los enemigos de Su pueblo. Habacuc
también le dice a Dios en su oración sobre Su fidelidad: "Has desnudado
completamente tu arco; has provisto en abundancia las flechas de tu
palabra" (v9). De paso vamos aprendiendo como orar en situaciones
semejantes, la nuestra parece que se va a convertir en algo muy parecido. Le
recuerda lo que Dios hizo por medio de Josué: "El sol y la luna se
detuvieron en su cenit. Anduvieron a la luz de tus flechas y al resplandor del
brillo de tu lanza" (v11).
Entonces le dice al Señor con su oración cual era su entendimiento de todas
esas misericordias con el pueblo: "Con ira pisoteaste la tierra; con furor
trillaste las naciones. Saliste para librar a tu pueblo" (v12-13). Como si
le hubiese dicho, lo que he aprendido de tu Palabra es que todas y cada una de
las operaciones de tu providencia es con el objeto de salvar a tu pueblo, de
librarlo de todo mal y de sus enemigos. Es muy notorio que apela a la
misericordia divina, pues su alma argumenta una y otra vez como tratando de
mover a Dios.
Si sientes que el disgusto de Dios está contra ti, no olvides rogar Su
misericordia. Cuando Jonás se rehusó obedecer al Señor el disgusto divino lo
persiguió, y el profeta fue echado al mar y un gran pez lo tragó, sin embargo
estando en angustia por su desobediencia, clamó por misericordia y su ruego fue
atendido (Jon. 2:2). Examina, pues, tu vida y encontrarás que mucho has pecado,
que has sido desobediente, mundano, carnal, entonces es el momento de clamar
por la compasión divina. Roguemos, pues, que estas adversidades, la continua
violencia, y el alto costo de la vida sean santificados, la experiencia
reciente es muy elocuente, en los hombres no hay poder que los libre del Día
malo. Sea este tu ruego: "En la ira acuérdate de la misericordia"
(Hab.2:2).
Amén.