Texto: “Como un
pastor, apacentara su rebaño; con su brazo lo reunirá. A los corderitos llevara
en su seno, y conducirá con cuidado a las que todavía están criando” (Isaías
40:11).
Cristo los
pastorea de manera completa y fiel.
Los cuida
de la iniquidad, los protege del peligro, les premia su débil obediencia, los
consuela y los salva.
De la
iniquidad: Esto lo hace apartándolos de aquellos caminos por lo cual sus
propios corazones están inclinados: “¡Ciertamente bueno es Dios para con
Israel, para con los limpios de corazón! En cuanto a mi, por poco se deslizaron
mis pies; casi resbalaron mis pasos” (Sal.73:1-2). Unas ocasiones les quita el
obstáculo; otras, les da fuerza para resistir las tentaciones, dándole las
puertas para salir de ella (1 Co.13).
Los protege:
El los mete a todos bajo sus dos alas, los protege para que nunca más se
aparten de El; nunca mas volverán a caer en la esclavitud del diablo:
“No me volveré atrás de hacerles el bien” (Jer.32:40).