Domingo
09:30AM
Escuela Dominical
10:45PM
Servicio Adoración
Miércoles
7:30PM
Servicio de Oración

Nuestro Blog

Valor y Poder del Buen Ejemplo
Pocas cosas en este mundo son tan valiosas que un buen ejemplo Cristiano, es la sal y luz del mundo. Esto aplica a quienes están en eminencia, esto es, cabezas de familia, maestros, directores, administradores, pastores, diáconos, o lideres en general.Leer Mas

TRES BENDICIONES RECIBIDAS EN MEDIO DE UNA ECONOMIA AGRIA
La bolsa cayó más de 600 puntos el lunes. Ganó 430 de nuevo el martes, seguido por la pérdida de 520 puntos el miércoles. A Los Estados Unidos le bajan la clasificación de AAA. Eso, señoras y señores, es una mala semana. ¿Lo es en verdad? La Escritura nos dice que Dios puede hacer que todas las cosas ayuden a bien, para mi alma (Romanos 8:28).Leer Mas

7 Grandes Objeciones al Cristianismo
Aquí les comparto de manera resumida los 7 grandes obstáculos que generalmente se levantan contra el cristianismo tomados del libro de Tim Keller, The Reason For God:Leer Mas

Visitar Nuestro Blog

Expositor: Kevin Carson

Sermón: ¡Bendice al Señor, Alma mía!

Descripción:

Expositor: Juan José Pérez

Sermón: El amor de Cristo

Descripción:

Expositor: Juan José Pérez

Sermón: ¿Dónde esta la promesa de Su venida?

Descripción:

Ver otros Sermones
Meditación del 24 de enero

Texto: “Vino a el un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme. Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, se limpio” (Marcos 1:40).


Todos sabemos que la lepra es una enfermedad de la piel, pero para el judío no era solo así, sino que la lepra era signo de inmundicia cuando era encontrada en alguien, en tales casos el enfermo no era enviado a los médicos, sino que se ponía bajo la inspección del sacerdote, el asunto tenía una connotación religiosa (Lev.13:2-3).


La lepra era como un tipo de la enfermedad del alma, el pecado, pues el individuo era declarado inmundo, y entre ellos fue considerada como indicativo del disgusto particular de Dios sobre la persona que cayera. Dios mismo castigaba con lepra y el mismo perdonaba o limpiaba: "Cuando la nube se apartó de encima del tabernáculo, he aquí que María quedó leprosa, blanca como la nieve. Aarón se volvió hacia María, y he aquí que estaba leprosa" (Nm.12:10). La honra de limpiar la lepra estaba reservada para Cristo, nuestro Gran Sumo sacerdote; y este hombre leproso tomó el camino correcto, ir al Señor buscando la curación, pues Cristo es el Único que puede limpiarnos de la inmundicia del pecado. Debemos ver nuestra lepra para acercarnos, cuando vemos nuestra lepra espiritual estamos empezando a ser humildes.

Leer Más
]