Texto: "El
malo se jacta del deseo de su alma, bendice al codicioso, y desprecia a Jehová."
(Salmos 10:3).
Hay pecados que al impío le avergüenza que otros lo descubran, pero con la
codicia no sucede así, más aun, cuando otros males decaen la codicia en ellos
crece; mira el énfasis que hace Cristo con relación a esta plaga: "Y les
dijo: Mirad, guardaos de toda codicia" (Lc.12:15);
nótese que dice: "Mirad, guardaos"; porque contra este pecado hay que
tener doble guarda, y esto así porque muchos otros pecados son fácilmente
descubiertos, pero este se trata de un pecado secreto, que constantemente
obra contra el alma, y por más mal que pensemos contra este mal siempre nos
quedaremos cortos de ver la profundidad de su maldad.