Texto:
“Cuando anochecía, se acercaron a él sus discípulos, diciendo: El lugar es
desierto, y la hora ya pasada; despide a la multitud, para que vayan por las
aldeas y compren de comer. Jesús les dijo: No tienen necesidad de irse; dadles
vosotros de comer. Y ellos dijeron: No tenemos aquí sino cinco panes y dos
peces” (Mateo 14:15-17).
Como si hubiesen dicho: Estamos para enseñar doctrinas, no para llenar
estómagos. Esa reacción era propia de los discípulos, pues sólo Cristo puede
sanar y alimentar las multitudes; sus siervos son tan sólo ministros de la
Palabra, no de las mesas. Miremos el ambiente: “El lugar es desierto, y la hora
ya pasada”. No cabe dudas que el Señor escogió este ambiente como el más
apropiado para hacer este milagro. Usualmente es así con El, que nos prepara el
ambiente para favorecernos, y queden nuestras almas impresionadas con Su poder
y misericordia.





