La Teoría de la Evolución fue Profetizada


Enfoquemos la profecía sobre el argumento ateo: “En los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación” (2Pe.3:4). El apóstol Pedro aquí profetiza, que vendrían hombres tratando de explicar el origen del universo de una manera contraria al relato bíblico. La Creación fue un acto sobrenatural, pero dirán lo inverso, que el origen de todas las cosas puede ser explicado de manera natural, no portentoso como lo revela la Biblia. Esta expresión dicha en lenguaje moderno o secular sería así: “Que cuando ven la naturaleza y su historia, les dice que no hay un Creador, sino que la materia es eterna, o su mensaje por observación es que el universo es obra de la evolución de la materia, o un accidente natural de la materia. “

 

Es impresionante que hace dos mil años se predijeran los tres argumentos que ahora arguyen los ateos evolucionistas contra la creación. Que la materia es eterna, que no ha habido cambios creacionistas, y que la edad del universo es de miles de millones de años. Arguyen tres asuntos: Constancia o Inamovilidad: “Permanecen así”; extensión: “Todas las cosas”, y edad o duración: “Desde el principio de la creación”.

 

Su argumento de Inamovilidad. Enfoquemos su hipótesis: “Permanecen así”; otra traducción lo pone así: “Todo continúa tal como estaba desde el principio de la creación” (BLA). Arguyen, que una observación histórica del universo indicaría que no ha habido cambios, sino un curso constante y natural de las cosas, y como consecuencia no hay Creador. Dicen: Todo el universo es constante evolución. En parte eso es cierto, ya que el Sol, la Luna, los planetas y las estrellas no se han movido de allí por miles de años, y gracias a Dios no se han movido, porque si el eje de la tierra se moviera unos cinco grados, toda vida desaparecería, no quedaríamos ninguno.

Al observar los astros del cielo, y notar que por siglos están allí sin moverse, entonces arguyen que así ha sido siempre. La Biblia afirma que si se considera el asunto sobre lo que ocurre sobre la superficie del planeta, no ha habido innovación o creación, sino movimiento horizontal de las cosas. Ella dice: “Será su nombre para siempre, Se perpetuará su nombre mientras dure el sol… El sol para que señorease en el día, Porque para siempre es su misericordia. La luna y las estrellas para que señoreasen en la noche, Porque para siempre es su misericordia” (Sal.72:17; 136:8-9). El sol, la luna y las estrellas estarán en su lugar, sin moverse, mientras haya hombre sobre la tierra. Esa inamovilidad de los astros, lejos de negar al Creador, lo proclama, ya que en parte reflejan Su carácter Inmutable, que siendo Inmutable ha impreso a la creación algún grado de estabilidad y permanencia para el bien de nuestro.

Su argumento es contradictorio, porque el efecto, la creación, no puede ser igual que su causa. No es cierto que la creación no cambie, la naturaleza está siendo de continuo transformada en la forma que la vemos. Si el hombre fuese menor que la naturaleza o que viene de la evolución, o que es un efecto de ella, no podría cambiarla, pero tenemos suficientes bombas atómicas como para transformar todo el planeta, lo cual estaría de acuerdo con la revelación bíblica y el poder dado en la creación: “Señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra” (Gen.1:26). Somos superiores a la madre naturaleza, o creados para gobernarla. Como no puede haber casa sin constructor, tampoco creación sin un Creador.

 

La extensión de su argumento. Lo dicen así: “Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así”. No pocos ecologistas son también evolucionistas, y basan su creencia en que el mundo está evolucionando, pero al mismo tiempo que estamos viendo un sensible decaimiento de todas las cosas. Los cambios climáticos, la extinción de muchas especies, el vigor de las cosas creadas están siendo maravillosamente abatidas. Si uno es sensato podrá notar que hay una degeneración universal, en lo físico y lo moral, las cosas están declinando. La aparición de múltiples y nuevas enfermedades es una voz oída y muy difundida. No es verdad que haya evolución, o que descendemos del mono. No es verdad, es una farsa. Y así está escrito: “Y: Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra, Y los cielos son obra de tus manos. Ellos perecerán, más tú permaneces; Y todos ellos se envejecerán como una vestidura, Y como un vestido los envolverás, y serán mudados” (Hebr.1:10-12). En todo el Universo hay una proporción de energía que se pierde, y no puede ser recuperada jamás. A eso los científicos llaman la entropía del universo. Eso mismo dijo el escritor a los hebreos hace dos mil años, que la capacidad energética del universo se está agotando. El petróleo se está acabando, y no tiene reversa. Así está escrito: “Perecerán… Y todos ellos se envejecerán como una vestidura.”

 

Su argumento de edad o duración. Leamos de nuevo: “Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación”. Hay tres palabras que refieren edad o longevidad: “El día en que los padres durmieron… Principio… Creación”. Dicen que es una voz de extensión universal la aproximación del mundo a un final catastrófico, y decimos, que si tiene final,  ¿por qué negar que tuvo un principio?

 

Sobre la edad del universo damos este testimonio: La hora atómica. El planeta tierra se mueve a una velocidad de rotación de 24 horas, y se ha descubierto que se está frenando a una desaceleración de un segundo por año. Los evolucionistas arguyen que la tierra tiene una edad de unos cuatro mil millones de años. Si eso fuera cierto, no sería  difícil averiguar cuál era la velocidad del planeta miles de millones de años atrás. La velocidad de la tierra sería tan y tan grande que no podría ser hoy redonda, sino un cilindro alargado, como un lápiz, porque cuando la velocidad de un objeto aumenta, la fuerza centrípeta lo alarga, en lugar de hacerlo un globo como es el planeta. La idea que trasmite esta profecía de Pedro es, que el argumento de los evolucionistas es  irracional o que debemos combatirlo con sus propias premisas irracionales.

 

La teoría atea de la evolución es otra piedra tratando de impedir nuestro avance, pero siendo proféticamente advertidos, nuestra fe sale fortalecida. Dios nos cuida y advierte el peligro antes que llegue. Amén.